Go Woke get Broke.


A través de los últimos años de la década, hemos estado sufriendo una terrible pandemia social… el movimiento “WOKE”, pero ¿qué es dicho movimiento?

Te lo voy a explicar rápidamente; durante la primera década de los años 2000, alrededor del año 2007 gracias al advenimiento de las redes sociales, gente con buen corazón y con un fuerte grado de indignación empezó a organizarse para crear movimientos de concientización sobre los males del mundo: Machismo, misoginia, discriminación (religiosa, racial, económica), etcétera.

Estos hechos no son malos; En ningún momento la lucha por los derechos humanos básicos es mala, sin embargo, el asqueroso nivel de tribalismo exhibido por ciertos sectores de la sociedad, en especial dentro de los círculos modernos de influencia han dañado de sobremanera las ideas que dieron a conocer al mundo la cloaca que es la sociedad moderna.

Las siglas: S. J. W. (Social Justice Warrior), pasaron de ser una medalla de honor a ser un termino despreciado y pisoteado por la misma gente que se suponía pretendían proteger, y los grupos sociales “Privilegiados” a los que antagonizan (Hombres blancos, hombres heterosexuales, hombres machistas, acosadores sexuales, células racistas, supremacistas blancos, etcétera).

Movimientos Como B.L.M. (Black Lives Matter), y grupos feministas pasaron a ser tratados con desprecio debido al comportamiento antagonista y egocentrista exhibido por una minoría exageradamente vocal de sus integrantes. Si a este panorama le añadimos posturas políticas y los graves delirios de superioridad de los “lideres” de dichos movimientos, el mundo entró en un estado de caos e incertidumbre digno de las distopias descritas en libros como “1984” y “un mundo feliz”.

La opinión publica de múltiples acciones, tradiciones y opiniones cambió de manera radical, al grado de que es más intolerante la persona que cree ciegamente en un movimiento de “justicia y equidad”, que los supuestos villanos a los que de manera casi fanática combaten con argumentos que rayan en lo estúpido e incoherente.

El movimiento “woke”, despertar en inglés, nació de gente que como su nombre lo indica “despertó” a la verdad del mundo actual, en otras palabras imbéciles que se creen con un mayor valor moral a los demás por ir en contra del statu quo. Su basta proliferación infectó a múltiples estratos sociales y políticos llevando a términos como P.C. Políticamente Correcto, Woke, S.J.W. a ser parte de cualquier discusión sobre la sociedad moderna.

Estos términos y movimientos han llegado a tal grado de absurdísmo que han afectado de manera negativa la vida de gente normal, su consumo de productos y sobre todo su entretenimiento. Este último es sin duda el más afectado, ya que ha logrado destruir poco a poco las industrias del cine, comics, televisión, radio e internet de una manera que pronto será irreversible; la censura, las imposiciones P.C. y un código de conducta donde el pensamiento crítico se busca erradicar a favor de una estúpida mentalidad de rebaño, fácilmente manejable por las esferas de poder e influencia, mientras las personas comunes se enfrascan en batallas sin argumentos y rayando en una guerra de insultos donde la postura ni siquiera importa, donde las victimas legitimas no importan, donde la gente solo espera ver al otro admitir la derrota e imponerle su pensamiento, en pocas palabras un mundo donde ningún ser humano importa, claro a menos que opine exactamente como a ti te convenga y no presente pensamiento individual´, analítico  o crítico.

El mundo del entretenimiento ha sufrido de maneras terribles a manos de gente que solo le interesa hacer dinero o imponer su estúpida agenda política, ejemplos de esto son “obras” como: “I’m not Starfire de Mariko Tamaki, MOTU: revelations de Netflix y Kevin Smith, la nueva trilogía de star wars de Disney y Kevin Smith y la serie de Doctor Who de la BBC.

Todas estas “obras” tienen dos factores en común, apelar a un público “diverso” y fallar como productos de consumo al apelar a un grupo diverso que usualmente solo consume estas franquicias para restregar su “victoria moral”, sobre los verdaderos amantes y demográfico correcto del producto en cuestión.

Estas actitudes inmaduras, egocéntricas, patéticas y dignas de gente con poco o nulo carácter, se ven acentuadas gracias a factores como el anonimato de internet y la censura bajo presión en redes sociales.

La frase que titula este articulo de opinión: “go woke get broke” hace referencia al hecho de que las ventas de artículos de la cultura “WOKE”, y las visualizaciones de series y/o películas con una intensa agenda política, son tan miserables que llegan a producir graves pérdidas para los estudios y productores de dichas piezas de “entretenimiento”. El daño a los medios ya es tan grande que tanto inversores como suscriptores/espectadores han decidido alejarse de empresas como Disney y Netflix, para voltear hacia donde Prime Video y HBO Max (empresas que tampoco se salvan de atroces acciones de explotación cometidas contra sus empleados, pero que por lo menos entregan entretenimiento que ha complacido a su público).

Si por algún motivo crees que productos fuera de estados unidos se salvan de la basura y podredumbre de los males modernos traídos por el movimiento “woke”, te equivocas, desde hace décadas, productos como el anime y el manga han sido alterados de manera estúpida a favor de ideales puritanistas. Series como Kobayashi-sanchi no Maidragon, Konosuba, Sailor Moon, Golion (Voltron), One piece, Naruto e incluso dragón ball, han sufrido de censura que va de remoción de contenido como música, personajes y sagas enteras hasta ser canceladas definitivamente, tanto en estados unidos como en Europa y América latina.

Los videojuegos también han sido victimas de una cacería de brujas liderada por putita sarkisian… perdón, Anita Sarkisian y sus Feminazis, sin embargo ellas son tema para otra ocasión. Por el momento es todo de mi parte, y me voy no sin antes recordarte que si seguimos permitiendo que la gente nos pisotee de maneras por demás inverosímiles entonces ya perdimos esta guerra que nosotros no iniciamos.

Pelear por derechos humanos básicos no es un pecado y todos podemos y debemos hacerlo, pero recuerda que el fanatismo y el tribalismo nublan el juicio de la persona más sensata, ahora imagina que pasa con un ser patético y sin criterio.

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